!Hola Bruja! ¿Como estas? ✨
Primero que nada te doy la bienvenida a este aquelarre. Déjame decirte que yo soy la más feliz de tenerte aquí.
Mucho bla, bla, bla... permíteme presentarme. Soy Eli, tu bruja 🔮 guía en este místico viaje que tenemos pendiente para comprender todo sobre skincare.
Déjame contarte sobre mi. Soy La Dra. Eli 👩🏻⚕️ (Pero tu puedes llamarme Dra. Bruja 🧙🏻♀️), tengo 32 años y te contaré mi historia.
Soy de Morelia, Mich. y vengo de una familia de cosmetologas (mi abuela fue la primera cosmetologa en todo el estado). Por lo cual pase toda mi infancia en una cabina de faciales, practicando en modelos reales (clientas de mi abuela y sus hijos), facialitos de juego con activos reales, tomando cafecito y echando chisme…
Jajajaja si, yo era una señora-niña-fifi y mis hobbies actuales no son tan diferentes a como lo eran entonces.
Contándote esto, ya comprenderás que el cuidado de la piel siempre fue inculcado en mi.
Por lo cual, yo desde muy chica tenía traumas que probablemente otras niñas de mi edad no.
Cuando tenía 9 años, recuerdo haber estado leyendo la revista “Tú” , sobre TIPS para mis puntos negros:
1. Soñaba con un día escribir Tips de belleza (pero esa es historia para otro día quizá).
2. Yo estaba de lo más atenta a juntar los activos que se ocupaban para deshacerme de nariz de “fresa"...YA TE IMAGINARAS… Cuando mi abuela me vio untarme pasta dental en la nariz porque lo leí en una revista…CASI SE MUERE (como yo cada que alguien llega a la consulta refiriéndome que se unto comida en la cara por que lo vieron en Tik-Tok).
Pa' no hacerte el cuento largo… Mi abuela me explico ese día que ella se dedicaba al cuidado de la piel de forma profesional y que yo ocupaba cuidados específicos para mi piel, para mi edad y según mi padecimiento.
Posterior a esta explicación recuerdo a mi mami y a mi abuela siempre traerme tratamientos faciales de regalo cada que iban a un congreso. Regalarme skincare de cumpleaños y ser yo la obstinada con aprender a ejecutar peelings faciales en mi carita para mejorar la textura, el brote y el tono.
Pasaron los años y las clientas de mi abuela al verme crecer en la cabina , siempre me preguntaron por que no me iba a dedicar a lo mismo. Pero yo quería más, soñaba con ser médico (quizá cirujano plástico, algo en mi supo siempre que me dedicaría al área estética).
Pasaron más años y egrese de la universidad con título de Médico general. Llegó el momento de hacer el examen de titulación y yo empezaba a pensar: ¿Cual sería el área hospitalaria en la que me gustaría especializarme?
Era una estudiante excepcional en la rama de ginecología, mis compañeros lo reconocían así como los doctores, por lo cual llegue a pensar que maybe mi camino era por ahí, pues no había otro estudiante en mi salón que manejara métodos anticonceptivos como yo. Pero había un detalle; el sacrificio de ser gine, siempre tener emergencias obstétricas o estar al pie del teléfono siempre alerta para salir corriendo al hospital no me hacía mucho match al estilo de vida que buscaba para mi.
Esta crisis me llevo a pensar que quizá me había equivocado de carrera. Mucho tiempo lleve esto en silencio por pena en que iban a pensar mis compañeros, mi familia y ni hablar de mi papá que me había pagado una carrera carísima, para yo salir con que ¡YA NO QUERIA SE DOCTORA!
Pero demos un step back… Volvamos al momento en el que vine a Morelia a hacer mi examen de titulación. Justo esos días que vine al examen, mi mamá me dijo que uno de sus amigos médicos le había ofrecido regalarme a mi o a mi hermana un LIP FILLER (relleno de labios).
Contexto: Mi mami y mi abuela le referían muchas pacientes a este médico. SIN PENSARLO MUCHO, ACEPTE EL REGALO.
Me pusieron mis primeros labios, y cuando me pregunto el doctor que donde más quería Filler… no entendía de que me hablaba, pues era un mundo diferente para mi, me explicó que me podía detallar cualquier parte de mi rostro. Pero realmente no ocupaba relleno en ningún otro lado, estaba preciosa y con esos labios quedé PERROTA 🫦.
ME ASOMBRO TANTO, que un procedimiento tan rápido me hubiera hecho tan feliz y me hubiera subido el autoestima tanto.
No deje de pensar toda la noche en eso: ¿Habrá un área de la medicina que se dedique solo a inyecciones estéticas? ¿Donde estudio eso?
Y así fue mi despertar con eso, me obsesione, mi sueño más grande ahora y mi proyección de vida era: SER MÉDICO ESTÉTICO (me esta dando nostalgia al escribir esto, porque hoy soy todo lo que proyecte).
Externé con mi papá que quería dedicarme a la medicina estética y se enojo terrible… él me dijo que yo tenía que ser médico quirúrgico, que intentara el examen de especialidades en mi país o que me fuera a estudiar a CUBA. Pero que no penaba apoyarme con mi ideota.
Mientras llegaba el día del examen, dedique esos meses a trabajar como médico general haciendo guardias, asistiendo cirugías y dando consulta en un hospital privado. Odiaba mi vida, trabajaba muchísimo, no tenía tiempo ya ni de estudiar, estaba muy cansada, y no tenía tiempo para mi tampoco.
EL BURN OUT ME SUPERABA y me preguntaba si así era la vida de un médico.
Regresé del examen con un puntaje que no me alcanzaba para mi especialidad, harta del hospital y renuncié porque una de mis tías (Micropigmentadora) me alentó a seguir mi sueño, me dijo que podía irme a trabajar como su asistente de manera temporal y que ella intentaría apoyarme poco a poco con diplomados de estética (porque la maestría estaba carísima).
Me fui a trabajar al STUDIO de Micropigmentación de mi tía, el sueldo era mínimo, pero ya tenia tiempo para dormir, salir un poquito… y me regalo mi primer diplomado de estética, a la par me metí a estudiar cosmetología y empece a hacer faciales ahí.
Mi clientela empezó a crecer, y de lo que junté entre faciales y fillers me pagué el siguiente diplomado: De Toxina botulínica.
Esto se convirtió en un loop de aprender otra técnica, pagarme otro curso, hacer una cartera de clientes hasta que llegó el momento de crecer y agradecerle a mi tía para poner el primer consultorio.
Regresé a buscar a mi papá después de años que no me había hablado “por no ejercer mi carrera”. Y le expliqué que me iba increíble, que ya tenia los pacientes, le regalé un par de faciales y arreglitos para enseñarle la belleza de lo estético y él fue el más enamorado de mi elección (le he hecho mil procedimientos ya). Mi papá me apoyó en mi decisión de estudiar en forma la maestría y gustoso me ayudo a invertir en equipo. La vida dio un giro, terminé la maestría de medicina estética, hice mil diplomados, algunas rotaciones, etc.
Me encanta aprender, me encantan las tendencias nuevas del cuidado de piel, así como el área anti envejecimiento. Recién terminé un master de acné y me sigo preparando día a día para darle a mis pacientes lo mejor y lo más nuevo.